vie. Nov 7th, 2025

El mundo culinario se debate constantemente entre el valor de la tradición y el impulso de la innovación. Mientras algunos platos se consolidan por sus beneficios y sabor clásico, otros cocineros buscan reinventar las comidas festivas para paladares modernos.

Espinacas Rehogadas: Un Pilar de la Cocina Tradicional

Un ejemplo de plato clásico son las espinacas rehogadas, una receta sencilla y exquisita para quienes disfrutan de la verdura. Este plato, cocinado con una base de verduras, pertenece a la cocina tradicional y generalmente se consume durante todo el año, sirviéndose habitualmente como primer plato.

Preparación y Beneficios Nutricionales

Para su elaboración, se necesita 1 kg de espinacas, 2 cebollas grandes, 2 dientes de ajo, aceite de oliva virgen, sal, nuez moscada y agua. Primero, se limpian las espinacas, se cortan y se cuecen en una olla con agua y sal hasta que estén blandas. Paralelamente, en una sartén con aceite, se sofríen las cebollas picadas finas y luego se incorporan los ajos laminados, cocinando a fuego medio hasta dorar. Finalmente, se añaden las espinacas cocidas, se espolvorea la nuez moscada y se cocina todo junto por unos seis minutos. Como consejo, para hacer el plato más completo, se pueden añadir huevos batidos y rehogar hasta que cuajen.

Nutricionalmente, las espinacas son valoradas por su alta cantidad de vitamina A (niacina), que previene enfermedades oculares y fortalece el sistema inmunitario, además de favorecer la piel y mucosas. Su contenido de ácido fólico (vitamina B9) las hace recomendables durante el embarazo y la lactancia. También ayudan a combatir la mala absorción de esta vitamina causada por ciertos medicamentos o hábitos como el alcoholismo o tabaquismo. Finalmente, su elevada dosis de vitamina K es beneficiosa para la correcta coagulación de la sangre y el metabolismo de los huesos.

Rompiendo Moldes en Acción de Gracias

En contraste con la comodidad de la tradición, existe una búsqueda por la innovación, especialmente en festividades como el Día de Acción de Gracias. Aunque muchos encuentran confort en la predecibilidad de la comida tradicional en un mundo acelerado, no todos comparten ese sentir. Una desarrolladora de recetas, que rara vez prepara el mismo plato dos veces, ha propuesto nuevas versiones de platos semi-tradicionales.

Gran parte de su inspiración culinaria proviene de su tiempo en la Armada (Marina), donde aprendió sobre diversos ingredientes y conoció a personas de todo el mundo. Las conversaciones, inevitablemente, giraban en torno a la comida.

Porotos Verdes en ‘Salsa Whoa’: Fusión de Estilos

Recientemente, la cocinera reconectó en redes sociales con David, un ex compañero de Memphis, Tennessee, con quien sirvió en Irak en 2008-2009. Tras compartir historias, la charla derivó en la cocina, destacando las fascinantes diferencias entre las recetas del sur y el norte de EE.UU.

David mencionó que le gustan los porotos verdes (judías verdes) cocinados con grasa de tocino y azúcar hasta caramelizar. La desarrolladora, que preparaba una versión similar pero con aceite y salsa Worcestershire, decidió combinar ambas ideas. Dado que la pronunciación de “Worcestershire” es complicada, ella la llama “Salsa Wo” (pronunciado “uou”). Al probar la nueva receta, su reacción fue “¡Whoa, qué buenos están!”, dando origen al nombre del plato.

El Experimento del Pastel de Camote

En cuanto al pastel de camote (batata o boniato), la cocinera admite que es un plato que generalmente no le llama la atención en las cenas festivas. Sin embargo, un día, buscando utilizar una lata grande de camotes que tenía en su despensa, decidió experimentar.

Siendo fanática de la mantequilla de maní (cacahuete) y el caramelo con marshmallows (malvaviscos), los añadió a la mezcla. Buscando un toque crujiente, incorporó hojuelas de maíz (Cornflakes). El resultado fue un éxito, destacando el contraste entre la mantequilla de maní salada y los ingredientes dulces.

Receta: Pastel de Camote ‘Caramallow’ con Mantequilla de Maní

Ingredientes:

  • 1 lata grande (40 onzas / 1.13 kg) de camotes, drenados

  • 1/2 taza de mantequilla de maní cremosa

  • 1/2 taza de salsa de caramelo espesa, dividida

  • 1 huevo grande

  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla

  • 2 1/2 tazas de mini marshmallows, divididos

  • 2 tazas de hojuelas de maíz, ligeramente trituradas

  • 1/4 taza de mantequilla salada derretida

  • 1/4 taza de azúcar rubia compactada

  • 1/3 taza de maní español salado y tostado, picado grueso

Instrucciones:

  1. Precalentar el horno a 175°C (350°F). Engrasar con aceite en aerosol una fuente o “casserole” de 9 pulgadas.

  2. En un bol grande, moler los camotes con un pasapuré. Añadir la mantequilla de maní, 1/4 taza de salsa de caramelo, el huevo y la vainilla. Batir hasta obtener una mezcla homogénea.

  3. Incorporar con cuidado 2 tazas de los mini marshmallows.

  4. Verter la mezcla en la fuente preparada.

  5. En otro bol, mezclar las hojuelas de maíz, la mantequilla derretida, el azúcar rubia y el maní. Espolvorear esta mezcla sobre el pastel de camote.

  6. Hornear, sin tapar, durante 15 minutos.

  7. Retirar del horno y espolvorear la 1/2 taza restante de marshmallows por encima.

  8. Hornear por 10-15 minutos adicionales o hasta que los marshmallows estén dorados.

  9. Rociar con la 1/4 taza de salsa de caramelo restante antes de servir.