¿Problemas para ver una serie en el living o se te corta la videollamada justo cuando entras a la pieza? Si el streaming se queda pegado, lo más probable es que tu casa tenga las famosas “zonas muertas” de WiFi. Ya sea porque tu hogar es muy amplio o porque la distribución del departamento simplemente no ayuda a que la señal fluya, la conexión se vuelve un dolor de cabeza. Una de las soluciones más a mano son los repetidores o extensores de WiFi, pero antes de lanzarte a comprar cualquier equipo, hay varias cosas que deberías considerar para no perder tu plata.
Antes de comprar: ¿Es realmente culpa de la señal?
Si estás leyendo esto, es un hecho que tu internet anda mal. Lo más común es encontrarse con rincones donde el celular simplemente no se conecta o la estabilidad es nula. Sin embargo, no siempre la culpa es del alcance. Hay mucha gente que mantiene el mismo router que le instaló la compañía hace cinco años, y ese es un error garrafal. Si tu router tiene más de tres o cuatro años y la conexión anda a saltos, lo primero que deberías hacer es renovarlo antes de pensar en cualquier extensor.
Incluso con un router de última generación, la ubicación es fundamental. No sirve de nada tener el mejor equipo si está escondido o mal puesto. La recomendación de los expertos es clara: el router debe estar en un lugar central de la casa, ojalá en una posición alta, y lejos de objetos metálicos o paredes excesivamente gruesas. A veces, antes de meter mano uno mismo, conviene pedir una visita técnica para descartar problemas de la línea.
Qué es un repetidor y por qué podrías necesitar uno
Si ya revisaste lo anterior y el problema persiste, un repetidor WiFi (también conocido como amplificador o adaptador) es la alternativa más económica para mejorar la cobertura. En términos simples, este aparato funciona como un puente: capta la señal que ya tienes en tu casa y la proyecta con más fuerza para que llegue más lejos. Lo mejor es que, en la mayoría de los casos, la red sigue siendo la misma, con el mismo nombre y la misma clave, por lo que no tienes que andar configurando todo de nuevo.
El funcionamiento interno es bastante básico pero efectivo. Estos dispositivos tienen dos enrutadores inalámbricos: uno recibe la señal del router principal y el otro la retransmite potenciada hacia los rincones donde antes no llegaba ni un solo bit. Es una solución ideal cuando tirar cables por toda la casa no es una opción viable por estética o presupuesto.
Cómo elegir el modelo adecuado entre tantas opciones
Si te pones a buscar en internet, la cantidad de modelos te puede abrumar. Hay repetidores de todas las formas y precios. Los más comunes son los que van enchufados directamente a la pared, que son súper prácticos porque no ocupan espacio sobre los muebles. Por otro lado, están los modelos de sobremesa, que suelen ser más potentes y traen más funciones.
En el mercado hay de todo. Por ejemplo, el Amped Wireless TITAN-EX AC1900 ha sido destacado como uno de los mejores por su potencia y por tener varios puertos Ethernet si es que necesitas conectar algo por cable, aunque su precio suele superar los 100 dólares. Si buscas algo más aterrizado para el bolsillo, existen opciones de marcas como TP-Link que rondan los 60 dólares, son compactos y cumplen de sobra para un uso doméstico normal. La elección dependerá de qué tanta superficie necesites cubrir y cuánto estés dispuesto a pagar.
El secreto está en la ubicación estratégica
Comprar el repetidor es solo la mitad de la pega; la otra mitad es saber dónde ponerlo. La regla de oro que recomiendan fabricantes como Linksys o Netgear es buscar el punto medio. Tienes que identificar dónde está la zona muerta y colocar el extensor justo a mitad de camino entre esa zona y el router principal. El aparato necesita estar lo suficientemente cerca del router para recibir una buena señal, pero lo suficientemente cerca del área con problemas para poder llevar el internet hasta allá. Si lo pones muy lejos del router, el repetidor solo estará “amplificando” una señal que ya es mala.
Configuración y algunos detalles técnicos
Configurar estos equipos hoy en día es bastante sencillo. Aunque cada marca tiene su manual, el paso principal suele ser apretar los botones WPS tanto en el router como en el extensor de forma simultánea para que se reconozcan. Si tu repetidor tiene un puerto Ethernet, lo ideal es conectarlo al router mediante un cable; la conexión por cable siempre va a ser más rápida y segura que la inalámbrica.
Un detalle que no hay que olvidar es que la velocidad que sale del repetidor casi nunca va a ser igual de rápida que la que sale directamente del router principal. Es un costo técnico natural del proceso de extensión, pero la verdad es que tener un WiFi un poco más lento en la terraza o en la cocina siempre será mejor que no tener absolutamente nada de conexión.